En plena era de la IA y las redes sociales efímeras, muchos se preguntan si el blog sigue teniendo sentido. La respuesta es clara: sí, pero solo si está diseñado como canal estratégico de captación y conversión.
Un blog de marketing no es un “diario corporativo”, es un activo de marca con tres funciones críticas:
SEO: generar autoridad y posicionarte en las búsquedas que tu cliente hace antes de comprar.
Educación: mover al usuario dentro del funnel, resolviendo dudas TOFU–MOFU–BOFU.
Conversión: nutrir al lead con contenido de valor, CTAs inteligentes y enlaces internos que lo guían hasta la compra.
Un blog bien ejecutado es la diferencia entre gastar en anuncios de forma perpetua o construir un sistema que atrae tráfico cualificado todos los meses sin coste variable.
Y lo más importante: debe estar conectado con tu estrategia global de marketing digital para que cada post sume en captación, conversión y fidelización.